Libertad
condicionada
de leyes y de
argumentos,
que transforman
nuestros sueños
en pretextos y
defectos.
Que amarran las
pasiones
de espinas, de
tormentos;
que nos ahogan en
un mundo
donde reina el don
dinero.
Y grito a los
cuatro vientos
que no cedo mis
derechos,
que en esta vida
de absurdos
quiero conquistar
mi tiempo.
Que si he de morir
luchando,
felizmente yo me
muero;
que me niego a
someterme
a los reyes del
tormento.
Libertad
condicionada,
te contemplo a lo
lejos,
y me siento
marioneta
de tus estigmas,
de tus conceptos;
me encadenas cada
día
con la carga de tu
peso,
y me escapo en las
noches
al soñar con mis
anhelos.
Que si he de morir
soñando,
felizmente yo me
muero;
que me niego a
someterme
a este reino de
pretextos.