sábado, 16 de agosto de 2014

Huesos de mar, Cristina González Narea

Huesos de mar se gesta desde las entrañas, desde el calor visceral de un cuerpo, desde un idioma de roces eléctricos y de pinceladas saladas al aire. Se siente en cada canción que Cristina González Narea es una mujer que las noches que no escribe suele nacer muerta al día siguiente. Por otro lado, Cristina logra fusionar los ritmos más tradicionales con toques de rock, consiguiendo un resultado que, como mínimo, no deja indiferente.
                         
Si emprendemos un recorrido por sus canciones, nos encontramos en primer lugar a una Cristina soñadora que nos transporta más allá de un mundo absurdamente racional, "más allá de la oscuridad, de sueños quebrados mucho antes de terminar", porque, al fin y al cabo "así es la locura, cuando sana y cura cualquier enfermedad" y todo lo que
importa es sentirnos vivos. En la misma línea, la cantautora defiende en su segunda canción la necesidad de crear cada uno de nosotros un paraíso paralelo en el que poder olvidar la rutina y los horarios y disfrutar de cada instante, de esas pequeñas cosas del día a día que nos hacen felices, pues "somos pájaros en vuelo liberando la mirada, sabemos respirar cada mañana."

En sus dos siguientes canciones, Cristina se abre por completo emocionalmente. En Blues del viento nos presenta una bella declaración de una amor sencillo y sincero, ése en el que "somos poesía que se lee en el abrazo", ése en el que "no sabemos si es que llegará Paris a conocernos, más incierto es frenar la humedad de este momento." En Hija de madre y tierra realiza un autorretrato: "Mujer de todos los viajes, llave de todas las puertas, de la revolución mi rebelión es la esencia." "Como un acorde que aprieta en mi cintura, resuena la poesía, la poesía y su guerra."

Como nos canta Cristina en su quinta canción, "la atmósfera es el único límite" y no debemos dejar que la sociedad marque en nosotros falsas creencias, un guión absurdo que coarta nuestra libertad, "que nos ahoga el espacio." En su sexta canción nos muestra que todo cambia, pero no debemos desfallecer ni rendirnos jamás, sino que los sentimientos deben ser siempre nuestro principal motor en la vida, pues "el río nunca, nunca se cansa."

¿Cuál es la ley? Eso se pregunta la cantautora en esta conmovedora crítica social que te pone los pelos de punta: "Hambre y socorro en la calle y gente que de eso ni sabe. Así es la historia y no viene a cuento sentir que nos vale." Por otro lado, en Historias nos ofrece una gran consejo en forma de canción: las apariencias engañan y " puede venir la mentira en dulce veneno con amor de pagar", así que "rebelarse y elegir es ahora lo que toca, no te duermas de pie." El maravilloso oficio del poeta, así como la necesidad de vivir cada instante intensamente quedan plasmados en su novena canción: "Soy raíz del universo entero, respirar es lo único que tengo, soy capaz de equilibrar el vuelo. Todo se transforma a cada paso, todo se dibuja cada día en una página en blanco."

¿Qué hacer cuando te encuentras encerrado, enclaustrado en las cadenas de relojes que no te dejan vivir? ¿Qué hacer cuando no ves la salida? Pues mirar en nuestro interior y, tal y como nos canta en Cerro los placeres: "Volar con la imaginación, encumbrando mi voz he llegado al otro lado; y que más da si tenemos el sol, una estrella que nunca es fugaz al mirarlo. Juego mis encantos, cierro los placeres a las diez, no es un tramo largo, no hay distancia alguna para ser." En su última canción, Cristina quiere hacerse oír, pues "un verso libre es un canto, es una libre expresión, un grito que como el agua recorre entera la creación", pero sobre todo quiere hacernos escuchar nuestro interior para que nos liberemos de grilletes innecesarios, puesto que "no hay anclas para vivir, si te hace bien sigue andando, si te hace daño déjalo ir."

Finalmente, esta próxima semana tendré el honor de conocer a Cristina González Narea en carne y "huesos de mar", completando el puzzle que comenzó con las sensaciones que logró provocar en mí la primera vez que escuché su disco. Por su puesto, no dudéis en escucharlo (http://www.cristinagonzaleznarea.com/) ni en asistir a su presentación en Madrid el 4 de septiembre a las 21:00 en la sala Galileo Galilei.



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