sábado, 23 de agosto de 2014

La peor locura es parecer demasiado sensato.

Hay quien llama distancia a la falta de deseo, quien usa la palabra platónico para camuflar su cobardía. Hay quien mantiene el silencio por temor a que lo que salga de su garganta sea un nombre que ya debería haber olvidado. Están los que miden el ego en centímetros, el amor en tiempo en lugar de en suspiros, el tiempo en minutos y jamás en pulsaciones. Están los que piensan que esa ingrata habilidad de saber pedir perdón sin despeinarse ya les da todo el derecho de poder hacernos daño. Están los que hablan de imposibles porque no fueron capaces. Los que llaman soledad a la incapacidad de estar con nadie. Los que se quedan con la duda eterna por temor a la respuesta. Los que confunden esperanza con optimismo.  Los que culpan al destino de sus errores y llaman intuición a cada acierto. Los que piensan que tener orgullo es más importante que tener a alguien. Los que lanzan una promesa como un globo, olvidando que pesa como una roca. Esos seres perfectos que van de cuerdos cuando la peor locura es parecer demasiado sensato.


2 comentarios:

  1. Cuánta razón tienes; esos seres extraños y alienígenas viven en una locura disfrazada de cordura, que en realidad, es etérea.
    Besitos.

    Miss Carrousel

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  2. Aquí tienes una seguidora más. Es precioso todo lo que escribes.
    Besitos.

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