Hago de tu espalda un
lienzo
con el carmín de mis
labios
y el poder de un
sentimiento
que deshace las
costuras
de tu cuerpo
masticado.
Atraviesas los
tejidos
de piel viva en mi
cintura,
desafiando a mis
sentidos
en el duelo de
gemidos
y botones contra el
suelo.
Trenzo en tus cuerdas
vocales
los caprichos de mi
lengua,
que harta de lamer
cristales
de un corazón hecho
añicos
disfruta mientras se
venga.
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