Hablemos de pólvora y
muerte.
Hablemos de pupilas agrietadas, secas,
cansadas de mirar sin ver.
Hablemos de tormentas que derriban paredes,
del silencio que no existe,
del murmullo que se encarga de sustituirlo,
y que no nos pertenece.
Hablemos de bocas desconocidas e insípidas,
de lenguas chasqueantes como látigos,
como cadenas,
sin espuma ni versos.
"Sin espuma ni versos". Gracias de corazón por pasarte por mi blog y darme la oportunidad de descubrir entradas maravillosas como esta. Aquí me quedo.
ResponderEliminarUn beso.
Y lo importante es hablar. Da igual de qué, de quién, de cómo. Hablar y perderse en palabras sin sentido, en sonrisas regaladas.
ResponderEliminarMe encanta :):) Me quedo por aquí.
Miss Carrousel